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Tema N°1: “La armadura y canales interno del cuerpo humano”

Módulo de Aprendizaje #2

Área: Desarrollo Científico

Tema N°1: “La armadura y canales interno del cuerpo humano”

Grupo pedagógico: Cuarto Grado

Semana: Del 3 al 6 de Noviembre

Nombre del Guía pedagógico: Miss Marta Rivera

Correo: missmarta.castanos@gmail.com

1) Objetivo del tema:


Identificar y describir el sistema óseo o esquelético y el sistema circulatorio, así como conocer signos vitales: respiración, pulsación y temperatura en el ser humano.


2) DESARROLLO:


Tus huesos


Los huesos le dan a nuestro organismo la forma y el soporte, además de proteger nuestros órganos y sistemas.


¿Cómo crecen los huesos?


Cuando eras pequeño, tenías las manos muy pequeñas, los pies diminutos..., ¡todo era sumamente pequeño en tu cuerpo! Lentamente, a medida que ibas creciendo, todo fue creciendo, incluyendo tus huesos.


Cuando nace, el cuerpo de un bebé contiene aproximadamente 300 huesos. A la larga, estos se acaban fusionando (se unen al crecer) para pasar a formar el esqueleto de 206 huesos de una persona adulta. El cartílago es blando y flexible. Durante la infancia, a medida que vas creciendo, el cartílago también crece y, progresivamente, acaba convirtiéndose en hueso, con la ayuda del calcio.


Cuando tengas aproximadamente 25 años, ese proceso se habrá completado. Después de que esto suceda, no podrá haber más crecimiento: los huesos habrán alcanzado su tamaño máximo. Todos esos huesos conformarán un esqueleto que será tan fuerte como ligero


Cuídate los huesos


Los huesos te ayudan día tras días, de modo que asegúrate de cuidártelos bien. Algunos consejos:


  1. Protégete los huesos del cráneo (¡y el cerebro que llevas dentro!) llevando casco para montar en bicicleta y para practicar otros deportes. Si utilizas monopatín, patines sobre ruedas o patineta, asegúrate también de llevar protectores en muñecas, codos y rodillas (muñequeras, coderas y rodilleras). ¡Los huesos de esas partes del cuerpo te lo agradecerán si tienes alguna caída!

  2. Nunca juegues en camas elásticas/ trampolines. Muchos niños acaban rompiéndose huesos por saltar en camas elásticas / desde ellos. Aunque la mayoría de huesos rotos se acaban curando, tardan mucho en hacerlo y la espera no es nada divertida.

  3. Fortalece tu esqueleto bebiendo leche e ingiriendo otros productos lácteos (como el queso de bajo contenido en grasa o el yogur helado). Todos estos alimentos contienen calcio, que ayuda a endurecer y fortalecer los huesos.



¡Mantente activo! Otra forma de fortalecer los huesos es ejercitándolos: corriendo, saltando, bailando o practicando deporte.

Sigue los pasos anteriores para tratar bien a tus huesos, ¡y seguro que ellos te tratan bien a ti!


El corazón es un músculo


Realmente, tu corazón es un músculo. Lo tienes situado un poco a la izquierda del centro del pecho, y es del tamaño aproximado de tu puño. Tú tienes montones de músculos por todo el cuerpo: en los brazos, las piernas, la espalda y hasta en el trasero.

El corazón envía sangre a todo tu cuerpo. La sangre proporciona al cuerpo el oxígeno y los nutrientes que necesita. También se lleva los productos de desecho.

Tu corazón es una especie de bomba, o dos bombas en una. El lado derecho recibe sangre del resto del cuerpo y la bombea hacia los pulmones. El lado izquierdo hace justo lo contrario: recibe sangre procedente de los pulmones y la bombea al resto del cuerpo. Cómo late el corazón.


¿Cómo late el corazón?


Antes de cada latido, el corazón se te llena de sangre. A continuación, el músculo se contrae para impulsar la sangre hacia fuera. Cuando el corazón se contrae, se encoje: prueba a cerrar la mano para formar un puño. Eso es más o menos lo que hace tu corazón para impulsar la sangre hacia fuera. Y tu corazón lo hace todo el día y toda noche, sin parar, constantemente. ¡Tu corazón trabaja muy duro!



Cómo circula la sangre


Los vasos sanguíneos que transportan sangre desde el corazón se llaman arterias. Los que transportan sangre de vuelta al corazón se llaman venas.

El movimiento de la sangre a través del corazón y por todo el cuerpo se llama circulación, y tu corazón lo hace muy bien: solo tarda 60 segundos en bombear sangre a todas las células del cuerpo.


El lado izquierdo de tu corazón bombea esta sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo. El cuerpo extrae el oxígeno de la sangre y lo utiliza en sus células. Cuando las células utilizan el oxígeno, fabrican dióxido de carbono y otros materiales de desecho que se lleva la sangre. ¡Es como si la sangre diera de comer a las células y después tuviera que recoger los desperdicios!


La sangre que vuelve al corazón entra por el lado derecho. El ventrículo derecho bombea la sangre hacia los pulmones para que se renueve. En los pulmones, el dióxido de carbono se elimina de la sangre y se expulsa del cuerpo cuando espiramos. ¿Y qué pasa a continuación? Inspiramos, por descontado, y vuelve a entrar oxígeno en el cuerpo, que la sangre incorpora para volver a iniciar el proceso. ¡Y recuerda que todo esto pasa en más o menos un minuto!


Ten contento a tu corazón


La mayoría de niños nace con el corazón sano, y es importante que mantengas el tuyo en forma. Estas son algunas cosas que puedes hacer para tenerlo contento:


  1. Recuerda que tu corazón es un músculo. Si quieres que esté fuerte, necesitas ejercitarlo haciendo ejercicio. ¿Cómo? Estando activo con cosas que te dejen sin aliento, como saltar a la soga, bailar o jugar al baloncesto. ¡Intenta hacer ejercicio todos los días durante por lo menos 30 minutos! ¡Una hora sería incluso mejor para tu corazón!

  2. Ingiere una amplia variedad de alimentos saludables y evita alimentos que contengan muchas grasas perjudiciales, como las grasa saturadas o trans (leer las etiquetas alimentarias te puede ayudar a saber si tus tentempiés preferidos contienen o no esos ingredientes perjudiciales).

  3. Intenta comer al menos cinco raciones de fruta y verdura todos los días, por lo que evita los refrescos azucarados y las bebidas de frutas.


Tu corazón merece que lo quieras por todo el trabajo que hace. Empezó a bombear sangre antes de que nacieras y seguirá haciéndolo a lo largo de toda tu vida.





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