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Tema N° 3: “Habilidades de Pensamiento:Soluciona positiva y pacíficamente los problemas”

Módulo de Aprendizaje #4

Área: Ética y habilidades para la vida

Grupo pedagogico: Septimo Grado

Semana: Del 24 al 28 de mayo 2021

Nombre del Guía pedagógico: Miss Marta Rivera

Correo: missmarta.castanos@gmail.com


1) Objetivo del tema:

Potenciar la toma de decisiones oportuna mediante la creación o análisis de la existencia de infinidad de soluciones positivas para dar una resolución pacífica a diversos problemas de la vida cotidiana.



2) Desarrollo


A lo largo de nuestra vida nos enfrentamos constantemente con problemas, diferencias o malentendidos; no los podemos evitar. Son el “motor” que nos empuja a cambiar y a crecer; surgen como oportunidades que nos hacen aprender a convivir con los demás. De igual forma, siempre estamos tomando decisiones. A veces, los problemas que se nos presentan requieren de tomar decisiones muy sencillas: que ponernos, a dónde ir el fin de semana, qué comer, etcétera. Pero, ¿cuántas veces tenemos que tomar decisiones que nos quitan el sueño? Conforme crecemos y nos hacemos adultos nos enfrentamos a situaciones en las que no resulta tan fácil decidir: qué estudiar, qué amistades elegir o qué rumbo tomar en la vida; son decisiones importantes que implican tiempo, pensar en lo que realmente queremos y el estar seguros de decidir lo que nos conviene.


Seguramente en muchas ocasiones no sabemos si la decisión que estamos tomando es la correcta; entonces ¿cómo tomar las mejores decisiones? A continuación se describen los pasos para lograrlo.


1. Tener claro el problema: antes que nada, para tomar una decisión debemos tener muy claro cuál es el problema. Puede ser el caso que después de analizar la situación nos demos cuenta que no es en sí un problema y que no es necesario tomar una decisión; o puede ser que estemos mezclando más de un problema, lo que complica la solución. Es importante pensar quién debe solucionarlo, pues de esa forma el responsable asume la decisión y sus consecuencias. Para ello hay que hacerse las siguientes preguntas: ¿Cuál es el problema? Identificar de manera clara y específica el problema. ¿Por qué sucedió? ¿De quién es el problema?


2. Identificar las diferentes soluciones: es importante que pensemos en todas las posibles alternativas que tienen para solucionar el problema, ya que entre más se les ocurran, mayores serán las posibilidades de que encuentren la mejor. Se debe hacer la pregunta: ¿cómo puedo solucionar mi problema?


3. Analizar las alternativas de solución: es recomendable que una vez identificadas las posibles soluciones del problema, analicemos las ventajas, desventajas y consecuencias de cada una de ellas. Esto permitirá elegir aquella solución que tenga mayor número de ventajas y consecuencias positivas. Se pueden hacer preguntas como: ¿Qué gano y qué pierdo si elijo esta solución? ¿Qué de bueno y qué de malo puede pasar si elijo esta alternativa de solución?


4. Elegir la opción que se considere más conveniente: se debe seleccionar la opción que se piense solucionar el problema. Esto se logra cuando se eliminan las que no se pueden llevar a cabo por alguna razón. Es recomendable que sea la alternativa que más beneficios proporcione. Para elegir la opción que más convenga se tienen que hacer las preguntas: ¿Qué opción es la que más me conviene? ¿Cuál escogería definitivamente?


5. Ponerla en práctica: para ello, es necesario comunicar a quienes están involucrados en el problema cuál es la solución que se va a llevar a cabo y cómo; es posible que no sea necesario involucrar a otros. Se debe contar con un plan detallado de lo que se tiene que hacer para poder poner en práctica la solución; es decir, describir paso a paso las acciones a realizar. Se debe hacer la siguiente pregunta: ¿qué necesito para poner en práctica la solución?


6. Ver los resultados: si se obtiene una respuesta positiva, quiere decir que la decisión fue correcta. En caso de que la respuesta sea negativa, hay dos opciones: Revisar en dónde estuvo el error (revisar cada paso), o Buscar otra solución. Si se decide buscar otra solución, se puede considerar alguna de las que se tenían o pensar en una nueva. En cualquiera de los casos, la persona debe asumir las consecuencias de la decisión que tomó.




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